La sociedad evoluciona, cambia. La política tiene que estar a la altura de la gente, y no al revés. Es necesario el Renacimiento de la Política para las personas. Menos gritos, menos distorsiones en el discurso y más acción y claridad para conseguir que cada uno podamos hacer nuestro propio plan de vida con la máxima independencia, autonomía, libertad e igualdad.

Para eso, la política debe centrarse en las personas, en garantizar que todos y todas tengamos una vida digna de ser vivida. Y para eso, la educación es fundamental. El librepensamiento, la formación crítica y autocrítica para ayudarnos, colaborar en una sociedad compartida y en nuestro desarrollo completo como personas libres e iguales.

Eliminar todo tipo de brecha, de gueto de separación o de exclusión: esa sociedad quiero: la de la igualdad, donde nadie señale a nadie, donde la convivencia sea normal, las diferencias un valor y nuestras potencialidades una fuerza común para mejorar la calidad de vida de todo en todo momento.

De eso se trata: de recupera la Política para las personas. Para nuestra dignidad.